La cocina es parte de la casa, por eso a la hora de elegir su decoración e iluminación para cocinas hay que pararse a pensar cómo queremos que sea . Su funcionalidad ha de conjugarse con la estética, y debe ir en consonancia con el resto de la casa, jugando con la continuidad-constraste para conseguir un hogar bonito, conjuntado y con habitaciones personales.
Iluminación para cocinas ¿natural o artificial?
A la hora de determinar qué tipo de iluminación para nuestra cocina siempre nos surge la duda: iluminación natural o artificial? Claramente una fusión de ambas.
Por muy buena luz solar que tengas en el lugar en el que vives y por bien que haya situado su cocina, hay horas en las que no contamos con el sol y en las hay que echar mano de la luz eléctrica (por ejemplo por la noche o en un día nublado).
Lo bueno de la luz solar es su naturalidad y gratuidad. Lo bueno de la luz artificial es que está disponible a todas horas y, hoy en día, contamos con sistemas baratos.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de iluminar la cocina
Marquemos unos puntos básicos a la hora de elegir iluminación para cocinas.
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Situación
La primera luz a tener en cuenta es la natural. Por eso, conozca la situación de la habitación destinada a cocina. Según aquella, recibirá el sol directo por la mañana o por la tarde.
Importa, también, el entorno. Si está situado en medio de edificios puede que no reciba luz directa, pero sí suficiente indirecta o que quede tan ensombrecido que el uso de luz eléctrica sea una necesidad permanente.
La mejor iluminación para cocinas pasa por una buena recepción de luz natural.
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Luces artificiales
Su instalación es obligatoria para asegurar una excelente visión, tan necesaria a la hora de cocinar y emplatar.
Según gustos y necesidades, se instalará de una u otra manera. Quedémonos con que podemos crear ambiente de dos maneras.
– Luces generales: situadas estratégicamente para iluminar toda la estancia. De uso frecuente. Hay distintas opciones de mercado que luego repasaremos.
– Luces focales: iluminando lugares concretos de la cocina y dando un toque ambiental que va del brillante al íntimo. Importantes para resaltar determinados rincones y muebles, y para personalizar momentos importantes. De uso libre.
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Muebles
En función de los muebles que selecciones, iluminaremos la cocina de una forma u otra. Cada mueble proyecta sombras y es un posible lugar donde esconder una iluminación focal. Esta ambigüedad hay que explotarla en beneficio de un espacio amable y funcional.
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Colores
Aprovechemos las características cromáticas de paredes, techo, suelo y muebles. Incluso, cortinas y persianas. Con tonos apagados y oscuros, la sensación es de cercanía, la iluminación para cocinas cunde menos. Con tonos claros y luminosos, la luz brilla más y la sensación es de amplitud.
Qué tipo de iluminación para cocinas podemos elegir
Ya tenemos las referencias básicas para iluminar debidamente nuestra cocina. Revisemos qué posibilidades tecnológicas aportan mayores beneficios y se adaptan a sus necesidades. Conozcamos los tipos de bombilla que existen y pueden usarse en la iluminación para cocinas.
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Fluorescentes
Emisión por gases que gasta poca electricidad, pero tardan en llegar a su punto máximo de iluminación y sufren desgaste con cada encendido y apagado, siendo buena opción para lugares iluminados constantemente.
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Halógenas
Las bombillas halógenas tienen un mayor rendimiento y aguante que las anteriores, aunque también tienen a calentarse más rápidamente.
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Led
Las bombillas LED son la opción recomendada en la iluminación para cocinas, aunque sea la más cara. La inversión inicial se recupera porque consumen menos, duran más y son respetuosas con el medio. Desde el encendido muestran su máxima potencia de luz.